LOS MIEDOS EN LA ETAPA DE CINCO AÑOS
Por qué tienen miedo los niños
Los miedos están asociados a las distintas fases del desarrollo y van variando a medida que evolucionan las características cognitivas, sociales o emocionales de los niños.
Ahora bien, cada uno, en función de sus características personales y de sus experiencias, vivenciará dichos miedos de forma diferente o en distintos momentos que otros, o incluso no experimentará nunca un temor determinado. No reaccionará de la misma manera un niño que ha sido agredido por un perro que otro cuyas experiencias con animales han sido positivas.
- Al llegar a los 5 y 6 años, mantienen el miedo a separarse de sus padres, a la oscuridad, a los animales y al daño físico, pero además se suma el miedo a seres malvados (ladrones, secuestradores) y personajes imaginarios (brujas, fantasmas, el “coco”, personajes de dibujos animados). Tampoco les gustan los médicos, sobre todo si llevan bata blanca, y los preocupa la enfermedad y la muerte.
- El miedo a separarse de los padres: este miedo apareció cuando el niño tan solo tenía seis meses. Fue evolucionando e intensificándose al cumplir los dos años. En esta etapa sigue persistiendo este miedo.
- El miedo a los animales: es un miedo que se da en niños que no han tenido mascotas. Comienza sobre los dos años. Desaparece progresivamente. Cualquier animal es objeto de temor siendo los más comunes los perros y los gatos.
- El miedo a la oscuridad: continúa aquel miedo clásico que se comienza a observar a partir de los dos años. Este es un tipo de miedo que va variando a lo largo de su desarrollo por lo que es normal que siga apareciendo. Siguen relacionando la oscuridad con la soledad y el abandono.
- Miedo a las batas blancas: es un temor muy común en los niños a la visita del médico y, en general, todo lo relacionado con los hospitales. Para ellos supone una amenaza para su bienestar, al asociarlo al dolor, al miedo a los extraños, miedo a la separación debido a que para algunas pruebas debe estar solo, etc.
- El miedo a la muerte: a partir de los cinco o seis años el niño empieza a ser más consciente de lo que significa la muerte. Es una etapa donde el niño hace muchas preguntas para lograr comprenderla.
- El miedo a personajes imaginarios o reales como ladrones: este tipo de miedo lo observamos desde que cumple los tres años. La imaginación les juega malas pasadas y esto hace que después de haber visto una película o escuchado un cuento puedan ver criaturas imaginarias como pueden ser monstruos o fantasmas.
Ya a esta edad comienzan a asociarlo a personajes con un carácter más real, debido a que el niño es más consciente y hace más asociaciones. En la coctelera entran la imaginación, el temor a seres imaginarios, el miedo a los extraños y su nivel cognitivo que está evolucionando.
Qué no hacer si el niño tiene miedo
· No se debe ignorar el miedo. Frases del tipo “no te asustes, no tienes motivo” o “tienes que ser valiente” le hacen sentirse incomprendido y solo ante el peligro, ya que si sus padres niegan su miedo, seguramente no le van a poder ayudar a superarlo.
· Tampoco hay que reaccionar de forma exagerada. El niño puede ver en ello más atención y concesiones de las normales, reforzando accidentalmente los temores.
· No burlarnos del niño, ni regañarle. La ridiculización no le hace menos miedoso, solo merma la confianza en sí mismo y hace que trate de ocultar su miedo.
· No evitarle los objetos y hechos que teme, ya que así supera momentáneamente el miedo, pero no le ayuda a vencerlo definitivamente.
· Permitir al niño dormir en la cama con los padres debe ser algo muy excepcional, como motivo de fiesta, pero nunca como medio para solucionar el problema.
· No mentir al niño. La información sobre un hecho que le sobrepasa (por ejemplo, vacunarse) le puede ayudar a controlarlo. Simplemente hay que explicarle las cosas de manera sencilla para que las pueda entender.
· Si son niños especialmente temerosos, evitar las historias de ogros, fantasmas o brujas, o actividades que puedan asustarlos (películas de miedo, sustos...), sobre todo antes de irse a dormir.
· No transmitirles nuestros temores personales.
Cómo ayudar al niño a superar el miedo
· Primero, identificar lo que produce miedo.
· Hablar sobre las cosas que le causan temor, que se sienta escuchado.
· Tener un talante comprensivo. Procurar que no se sienta avergonzado ni regañado.
· Transmitirle seguridad y confianza, siempre con un tono relajado.
· Alentarle a que se enfrente a sus temores de forma gradual, aunque al principio sea con nuestra ayuda, sin forzarlos y elogiando sus conductas valerosas.
· Fomentar su autoestima y autonomía.
· Enseñarle maneras de contrarrestar la ansiedad: escuchar música, relajarse, o actividades que le mantengan ocupado (contar fichas, enumerar comidas favoritas).
· Concederle algún poder sobre la situación (encender una pequeña luz, tener una pequeña mascota).
· Predicar con el ejemplo, de forma que tenga en nosotros un modelo adecuado de superación.
· Ofrecer al niño una visión positiva del mundo. Hay que enseñarle a no preocuparse excesivamente por las cosas y a encontrar soluciones a los problemas que le surjan.
· Mucho humor. Un buen antídoto contra el miedo es transformar aspectos aterradores en características graciosas mediante dibujos y bromas.
Etapas del desarrollo para niños de 5 años
Cómo gestionar las emociones de los niños durante la cuarentena
1. Explicar qué sucede
Para empezar, se recomienda explicar a los hijos lo que está sucediendo, qué es el coronavirus y porqué es importante quedarse en casa, protegerse, lavarse las manos, no ir al cole o no ver a la familia.
Se deberá explicar adaptando el discurso a la edad del niño, sin dar demasiados detalles que les hagan preocuparse, pero sin ocultarles información, ya que esto podría animarlos a imaginarse situaciones peores.
Es normal que, en este tiempo, los hijos tengan más rabietas o estén más desobedientes, con cambios de humor o con alteraciones de hambre y sueño.
2. Ser flexible y empatizar con el niño
Es importante que los padres intenten no ser tan exigentes en estos días, y entender que los pequeños pueden tener también días malos, momentos de aburrimiento y que necesitan acostumbrarse a esta nueva realidad.
3. La importancia de seguir una rutina
Por ello, es muy recomendable continuar con los hábitos y rutinas diarias, para que los niños se sientan seguros y tranquilos.
Como no van al colegio, una recomendación, sería crear un horario visual (sobre todo si son pequeños) en el que se represente qué es lo que toca en cada momento, así podrán saber qué se espera de ellos.
En este horario pueden ponerse las tareas, tanto de estudio, como de tiempo libre, de cocina, poner y sacar la mesa, baño…ayudando en casa se sentirán valorados y útiles.
4. Escucha activa
Si sentimos que nuestros hijos están muy preocupados por sus abuelos o algún otro familiar, o simplemente tienen miedo porque no entienden qué está pasando y eso les genera un sentimiento negativo, los padres deberían hablar con ellos y dejar que se expresen. Una idea puede ser a través de dibujos, plastilina, música…y después romper esa representación del miedo o preocupación, para que entiendan que tienen el control.
Escucharlos y que ellos sientan que se les presta atención, es una muy buena forma de conexión, preguntarles por sus sentimientos y emociones.
5. Disfrutar del tiempo juntos
Por otro lado, deberíamos aprovechar este tiempo de estar en casa para disfrutar de nuestros hijos, inventando nuevos juegos de imaginación, de creación, ayudándoles en las tareas escolares, dibujando, bailando, escuchando música, leyendo con ellos, hablando, preguntándoles cómo se sienten, qué les gusta… ¡Como se prefiera!
Sin dejar de contactar con familiares y amigos, pues ayuda mucho a todos, tanto a los adultos como a los más pequeños.
Cuando nuestros hijos tengan rabietas, es recomendable entrar en acción cuando estén más calmados.
Deben entender que no pueden conseguir nada pegando o chillando, pues, es hablando como los demás le escucharán. Para que puedan reconocer cuando empiezan a sentirse así, es necesario identificar las emociones desarrollando su inteligencia emocional.
Cuanto más desarrollen esta inteligencia, más herramientas tendrán para enfrentarse a los problemas que encuentren en su vida y a vivir en sociedad.
6. Trabajar las emociones en familia
Es importante reconocer las propias emociones, pero también las de los demás.
Estos días pueden realizarse algunos ejercicios o juegos sencillos con los más pequeños:
- Poner nombre a las emociones. A través de fotografías de diferentes rostros, se le pide al niño que reconozca cada una de esas emociones y que las imite, se va poniendo nombre a cada una. Puede ponerse un espejo delante para que se vea y se va señalando cómo cambia la expresión del rostro.
- Preguntarles por sus emociones, pero también haciéndoles reflexionar preguntando, por ejemplo, en un cuento o situación: “¿cómo se sentiría esta persona si…?” ayudándoles a ponerse en la mente del otro y a ponerle nombre a la emoción.
- Enseñarles el semáforo de las emociones. Crearemos un semáforo, el color rojo significa pararse, el amarillo es pensar y el verde es solucionarlo. Los niños podrán reflexionar qué pueden hacer para calmarse ante un conflicto y pueden crear una lista. Se les enseña que cuando están en rojo (muy enfadados) deben parar, luego pasan al color amarillo (más calmados) y piensan en una solución o reacción; por último, lo solucionan (calmados).
- Creando un rincón de la calma en el que se lleve al niño, o se le pida que vaya, cada vez que sienta enfado. La finalidad es que acabe yendo él solo para calmarse.
CARACTERÍSTICAS PSICOEVOLUTIVAS DE LOS NIÑOS DE 3 AÑOS
DESARRROLLO EMOCIONAL
El desarrollo emocional del niño de 2 a 3 años oscila entre dos polos opuestos: la alegría y el enfado.
Por lo general, a esta edad los niños son un encanto: se muestran espontáneos, alegres, risueños. Pero cada niño también tiene su temperamento. De forma que algunos niños se mostrarán más alegres si son extrovertidos o más tímidos si son reservados.
En líneas generales, podemos decir que los niños de 2 a 3 años muestran una gran energía, despliegan una actividad intensa, son impulsivos.
En el terreno emocional se muestran independientes, quieren hacer ellos solos las cosas (comer, vestirse,...), sin la ayuda de los adultos.
Esto se produce porque empiezan a ser conscientes de su individualidad como seres independientes de sus padres.
Ya empiezan a ser conscientes de su "yo", aunque todavía de forma rudimentaria.
El niño necesita límites y esos limites tienen que venir dados por las personas en las que él confía y al mismo tiempo desafía.
A veces, puede ocurrir que ese deseo de independencia choque con los límites impuestos por los padres (como jugar en un lugar seguro, dar la mano para cruzar la calle...) y se produzca una rabieta, característica de esta etapa.
Las rabietas se producen cuando decimos al niño que haga algo o deje de hacerlo (dejar de jugar, recoger los juguetes, jugar con los primos, etc.) y éste se opone, aunque la actividad que le proponemos sea su favorita, utilizando la expresión "No quiero".
Entonces el niño reacciona llorando, gritando, pataleando... Incluso, en algunos casos, con agresividad o ira.
Además de las "temidas rabietas", los niños de 2 a 3 años también buscan el cariño y el afecto de los padres.
Tienen grandes deseos de agradar al adulto.
En esta etapa los niños se muestran espontáneos con sus sentimientos: buscan el regazo de sus padres, los besan, los acarician, etc.
Algunos niños muestran mayor predilección por su madre y algunas niñas se muestran más cariñosas con su padre. Pero ante cualquier posible problema (enfermedad, caída, etc.), los niños siguen teniendo preferencia por su madre.
Su estado físico influye mucho en su estado emocional.
Otra característica de esta etapa son los miedos. .
A esta edad es frecuente el miedo a las separaciones, el miedo a la oscuridad, el miedo a los monstruos, el miedo a los policías, etc.
Poco a poco desaparecerán.
DESARROLLO PSICOMOTOR
-Pueden caminar con seguridad hacia delante y hacia atrás, cambiando el ritmo y parando a voluntad
-Suben y bajan escaleras sin apoyo y alternando los pies
-Pueden saltar sobre los dos pies
-Comienzan a sujetarse sobre un solo pie
-Pueden andar de puntillas
-Garabatea con movimientos horizontales y circulares
-Se puede levantar y sentar sin apoyarse
-Da patadas a una pelota con el pie
-Recoger pelota con las manos
COORDINACIÓN VISO-MOTRIZ
-Dibujan la figura humana con una gran cabeza
-Los niños de 3 años se encuentran en la etapa del realismo fortuito. Los niños hacen movimientos con el lápiz por el placer motriz, pueden descubrir por casualidad que sus trazos se parecen a algo e intentar repetir ese algo; Entonces aparece la intencionalidad. La etapa siguiente es la llamada del realismo frustrado y fallido que comienza hacia los 3 años y medio, empiezan a tener una intencionalidad de representar algo, ‘pero se encuentran con dos obstáculos que les impiden que su representación sea igual a la realidad, uno es de orden físico y el otro psíquico. El niño descubre que hay una relación entre sus movimientos y los trazos que hace sobre el papel, otro logro es que se expresa verbalmente mientras realiza sus trabajos diciendo que es lo que ha dibujado.
-Pueden encajar elementos en un tablero
-Ensartan bolas
-Reproduen figuras cerradas
-Juegan con objetos pequeños
-Apilan piezas en vertical
- Hacen bolas con la plastilina
DESARROLLO DEL LENGUAJE
-Durante el tercer año de vida el lenguaje crece de forma vertiginosa.
-El vocabulario pasa de unas cuantas palabras a varios cientos.
-Las frases se hacen más largas y complicadas.
-Se incluyen preposiciones en las frases.
-Aparecen el género y el número en las palabras.
-Aparecen los artículos.
-Con diferencias individuales, se adquieren las reglas de sintaxis, es decir se ordenan y se enlazan las palabras para formar oraciones y se unen estas entre sí.
-Hacen regulares algunas formas de los verbos que son irregulares. Seguramente son formas que nunca han oído de labios de los adultos y no lo pueden imitar y ellos mismos recurriendo a ciertas reglas aprendidas las aplican y resultan estas formas que nos resultan graciosas: Estas formas desaparecen poco a poco al escuchar modelos correctos.
-Utiliza la mayoría de los sonidos del habla pero puede distorsionar algunos de los más difíciles, como por ejemplo, l, r, s, ch, y, v, z
-Se divierte con el lenguaje, disfruta los poemas y reconoce cuando se le dice algo absurdo como por ejemplo, “Tienes un elefante en la cabeza"
-Expresa sus ideas y sentimientos en vez de simplemente hablar sobre el mundo que le rodea
-Responde a preguntas simples .
-Al principio no hay juego organizado, ni socializado; no hay intencionalidad. Los niños actúan por la satisfacción de jugar, sin interesarse por el resultado. Poco a poco esto va cambiando.
-Empiezan a aceptar la vida en grupo, aprenden a compartir y a alternar; a pedir las cosas por favor y a esperar su turno.
-Les gusta mucho también jugar con los adultos.
-En sus juegos suelen imitar las actuaciones de los adultos, imitándoles en los distintos roles sociales. Al principio se repiten siempre o casi siempre los mismos roles (jugar a papá y mama, médicos, pero poco a poco se va ampliando el abanico.
-Importancia del jugo simbólico: El niño se ve continuamente obligado a adaptarse al mundo social de los adultos y a un mundo físico que todavía no comprende bien. Resulta indispensable entonces para su equilibrio emocional contar con un tipo de actividad cuyo objeto no sea la adaptación a lo real, sino la asimilación de lo real al yo.
Esta función la cumple el juego simbólico, que transforma lo real por asimilación casi pura a las necesidades del yo. Es lo que se conoce como “jugar a como si fuera… como si estuviera…
- Darles seguridad, sentirse tranquilo y evita que se pierda en su comportamiento. Se le muestra referencias estables y constantes sobre su conducta.
- Ayuda a regular sus ritmos de sueño, alimentación y mantener biorritmos adecuados.
- Facilita el autocontrol emocional, expresando sus necesidades y aumentando la capacidad de frustración (aprende a esperar para conseguir lo que desea)
Tanto el establecer unos límites o normas demasiado estrictas o excesivas en cuanto a cantidad, como el no poner ningún tipo de límites a su comportamiento.
Las consecuencias de esta actitud darán lugar a un niño que no tiene nunca suficiente, cuyas exigencias son cada vez más elevadas y donde las negativas serán cada vez vividas de forma peor. Estaremos pues ante un niño, con gran dificultad en postergar la satisfacción de sus deseos, con lo que ello supone. Su autoestima quedará ligada a la posesión material de cosas, regalos,…es decir, una alta dependencia de las cosas materiales.
- -Las normas marcadas han de ser realmente necesarias
- -Deben centrarse en la conducta: En vez de decir “no molestes a tu hermano”, deberíamos decir: “no le quites sus cuadernos a tu hermano”.
- -Deben presentarse de manera positiva: En vez de decir: “no tires la comida al suelo” deberíamos señalar: “coge la cuchara y come”.
- -Los límites deben marcarse con afecto, utilizando un tono de voz cálido pero firme y convincente, sin gritos ni amenazas. La amenaza aporta inseguridad y emociones de miedo y ansiedad. En vez de decir “Si no comes no ves la tele” sería mejor “Cuando termines de comer podrás ver un ratito la tele”
- -Deben reforzarse constantemente y de manera consistente. Hay que repetir las cosas hasta que los conceptos o el comportamiento formen parte de la vida diaria del niño y se vuelvan automáticos. Nada se consigue de la noche a la mañana.
- -Es normal y habitual que el niño quiera probar, con su actitud y con su conducta, hasta dónde puede llegar y cuál es la reacción de los padres si se sobrepasa el límite marcado.
- 1 de cada 5 niños tiene problemas mentales
- Se ha notado un 43% de aumento en el TDAH
- Se ha notado un 37% de aumento en la depresión adolescente
- Se ha notado un 200% de aumento en la tasa de suicidio en niños de 10 a 14 años.
¿Qué podemos hacer para criar individuos felices y saludables?
Tal y como afirma Victoria Prooday, estas son las recomendaciones más efectivas tras las cuales, siempre notaremos alguna mejora:- Establezca límites y recuerde que usted es el capitán del barco. Sus hijos se sentirán más seguros al saber que usted tiene el control del timón.
- Ofrezca a los niños un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños NECESITAN, no sólo de lo que QUIEREN. No tenga miedo de decir "no" a sus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan.
- Proporcione alimentos nutritivos y limite la comida basura.
- Pase por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades como: ciclismo, caminata, pesca, observación de aves / insectos
- Disfrute de una cena familiar diaria sin teléfonos inteligentes o tecnología que los distraiga.
- Jueguen juegos de mesa como familia o si los niños son muy chiquitos para juegos de mesa, déjese llevar por sus intereses y permita que sean ellos quienes manden en el juego
- Involucre a sus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar de acuerdo a su edad (doblar la ropa, ordenar los juguetes, colgar la ropa, desembalar los víveres, poner la mesa, dar de comer al perro etc.)
- Implemente una rutina de sueño consistente para asegurar que su hijo duerma lo suficiente. Los horarios serán aún más importantes para los niños de edad escolar.
- Enseñar responsabilidad e independencia. No los proteja en exceso contra toda frustración o toda equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida,
- No cargue la mochila de sus hijos, no lleve sus mochilas, no les lleve la tarea que se olvidaron, no les pele los plátanos ni les pele las naranjas si lo pueden hacer por sí solos (4-5 años). En vez de darles el pez, enséñeles a pescar.
- Enséñeles a esperar y a retrasar la gratificación.
- Proporcione oportunidades para el "aburrimiento", ya que el aburrimiento es el momento en que la creatividad despierta. No se sienta responsable de mantener siempre a los niños entretenidos.
- No use la tecnología como una cura para el aburrimiento, ni lo ofrezca al primer segundo de inactividad.
- Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes, centros comerciales. Utilice estos momentos como oportunidades para socializar entrenando así a los cerebros a saber funcionar cuando estén en modo: "aburrimiento"
- Ayúdeles a crear un "frasco del aburrimiento" con ideas de actividades para cuando están aburridos.
- Esté emocionalmente disponible para conectarse con los niños y enseñarles auto-regulación y habilidades sociales:
- Apague los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar la distracción digital.
- Conviértase en un regulador o entrenador emocional de sus hijos. Enséñeles a reconocer y a gestionar sus propias frustraciones e ira.
- Enséñeles a saludar, a tomar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligue), sea modelo de todos esos valores que inculca.
- Conéctese emocionalmente - sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos.
Esta nueva incorporación a la rutina no siempre resulta fácil y requiere una elevada dosis de paciencia y de psicología para los padres.
Aquí tenéis algunos consejos para que volver al cole después de las vacaciones resulte menos traumático para padres e hijos.
- Unos días antes de que finalicen las vacaciones, intenta incorporar progresivamente algunas de las rutinas que deberás aplicar cuando la escuela haya comenzado (como acostarse antes y levantarse un poco más temprano).
- Trata de motivar a tu hijo antes de volver al cole contándole lo mucho que disfrutará compartiendo con sus compañeros las experiencias vividas durante ese tiempo libre.
- Sé comprensivo con tu hijo, los niños no tienen la misma capacidad de que los adultos para afrontar la frustración o adaptarse a situaciones nuevas.
- Nunca lo humilles, lo compares con otros niños (“Fulanito no llora”) o le regañes por el simple hecho de mostrar su desacuerdo con las ‘nuevas rutinas’. Ésa es la única herramienta de la que el niño dispone (al menos si es pequeñito) para expresar sus deseos.
- Intenta asociar la nueva etapa con valores positivos, insistiendo en las cosas que le gustan y que forman parte de los nuevos ritmos que adquirirá al volver al cole después de las vacaciones (por ejemplo, háblale de sus amigos, de que podrá jugar de nuevo con ellos en el patio, de que le podrá contar a su ‘seño’ o su ‘profe’ lo que ha hecho en vacaciones, etc.).
- Participa en su rutina diaria interesándote por lo que ha hecho en la escuela, preguntándole por su entorno más inmediato (sus profesores, sus amigos del cole…) y colaborando en sus deberes diarios de la forma que consideres más oportuna (supervisando, explicando, valorando sus avances y sus esfuerzos…).
- Procura compensar el tiempo que estáis separados con una compañía grata y enriquecedora. Es normal regresar cansado del trabajo y tener pocas energías para dedicar a los hijos, pero es muy importante jugar con ellos, el juego es fundamental para su desarrollo.
- Implica a tu hijo en las tareas diarias del hogar de forma divertida para que sienta que cuentas con él y compartís tiempo juntos. Déjalo ayudarte a preparar la comida (en las medidas de sus posibilidades) y concédele algún que otro privilegio cuando regresa de la escuela y asume sus pequeñas responsabilidades (como elegir un día la comida o la película que veréis en familia).
http://www.abc.es/familia/educacion/abci-muchos-ninos-brillantes-aunque-notas-digan-contrario-201606301808_noticia.html
LAS RABIETAS
Enseñar a coger el lápiz correctamemte
- Explotar con los dedos indice y pulgar papel de burbujas.
- Jugar con plastilina, modelar bolas de plastilina con los dedos índice y pulgar.
- Tirar pellizcos a la platilina con los dedos indice y pulgar.
- Presionar la plastilina con los dedos indice y pulgar.
- Rasgar papeles, recortar trozos de papel con las manos, libremente (papel de seda, revistas y periódicos).
- Hacer bolas grandes y pequeñas de papel. Desmenuzar: papel de seda, miga de pan…
Adaptación a la escuela
Niños y niñas de 5 a 6 años. Cómo son. Características evolutivas de los niños de entre 5-6 años
Quien tenga un niño de esta edad sabe que son inagotables, deseosos de aprender por sí mismos y con ganas de participar en las tareas de casa ayudando en todo lo que puedan. Pero a pesar de su gran energía y vitalidad, entramos en una etapa de más tranquilidad.
Cierto es que cada niño tiene su propio ritmo en el desarrollo. Pero en general, en este periodo evolutivo, los niños de entre 5 y 6 años, progresan mucho en su desarrollo motriz, en su modo de pensar, en el conocimiento de su propio cuerpo y en la comunicación con los demás.
Desarrollo social y afectivo:
· Se puede confiar en él.
· Le agrada colaborar en las cosas de la casa.
· Se le puede encomendar una tarea y él la va a realizar.
· Cuida a los más pequeños, es protector.
· Sabe su nombre completo.
· Muestra rasgos y actitudes emocionales.
· No conoce emociones complejas ya que su organización es simple.
· Tiene cierta capacidad para la amistad.
· Juega en grupos y ya no tanto solo.
· Tiene mas interés por los lápices y por las tijeras.
· Prefiere el juego asociativo.
· Le gusta disfrazarse.
· Comienza a descubrir el hacer trampas en los juegos.
· Posee un sentido elemental de vergüenza.
· Se diferencian los juegos de varones y de nenas.
Es decidido, seguro de sí mismo, independiente en sus necesidades personales, más reservado, demuestra intencionalidad en sus realizaciones.
Respeta las normas establecidas por el adulto y por el grupo, y se molesta muchísimo ante cualquier injusticia.
Se adapta a las obligaciones cotidianas sin dificultad.
Muestra preferencias por compañeros de su mismo sexo, y le desagradan las actividades que considera propias del sexo opuesto.
Se halla en la etapa del juego socializado, entonces comparte situaciones de juego y materiales. Juega con grupos numerosos, le gusta participar, cooperar y mantener la unidad grupal. Respeta los turnos y exige que los demás hagan lo mismo.
Escucha atento los relatos de sus compañeros y hace preguntas para conocer más detalles de lo sucedido. Se comporta correctamente en los espectáculos públicos. Es capaz de cuidar a diario, animales y plantas.
Siente interés por el sexo y la reproducción. Comienza a salir del Complejo de Edipo, y se identifica con el mismo sexo, el niño hace una imitación del padre y la niña de la madre; hacia el otro sexo siente afecto, ternura.
Desidealiza a los padres: entiende que él está excluido de la pareja, que es solamente el hijo.
Desarrollo cognitivo:
* A esta edad su vocabulario alcanza cerca de 2000 palabras entorno.
* Inician la etapa representacionaldel dibujo: dibujan casas, animales, personas, personajes de caricatura y otros objetos. Los enriquece con detalles incorporando palabras que desarrollan el guion. entorno.
* En esta etapa no adquieren un concepto verdadero de número, sin embargo aparecen algunos principios numéricos básicos. Algunos logran comprender los siguientes principios básicos del conteo.
* Los números se asignan en el mismo orden
* Es irrelevante el orden en que se cuenten los objetos.
* Poseen un conocimiento intuitivo de la adición y de la sustracción
* Aun cometen errores de conteo.
* Comienza a mostrar capacidad para ajustar su comunicación a la perspectiva de los oyentes.
* Comienzan a distinguir entre las apariencias y la realidad.
* Su pensamiento comienza a organizarse en esquemas, es decir, acciones físicas, de operaciones mentales, de conceptos o teorías con los cuales organizamos y adquirimos información sobre el mundo.
* Su capacidad de atención aumenta notablemente.
* Manifiesta un recuerdo claro de hechos y lugares.
Desarrollo del lenguaje:
- Su lenguaje es mas amplio y logran expresarse en la mayoría de los casos adecuadamente, reconociendo gran variedad de palabras.
- Puede realizar conteo de objetos comenzando por uno
- Dá y pide respuestas concretas
- Sus respuestas son ajustadas a lo que se le pregunta.
- Pregunta para informarse porque realmente quiere saber.
- Es capaz de preguntar el significado de una palabra.
- El lenguaje esta completo de forma y estructura.
- Llama a todos por su nombre.
- Acompaña sus juegos con diálogos o comentarios relacionados.
- Comienzas a apreciar los efectos distintos de una lengua al usarla (chistes, adivinanzas) y a juzgar la correcta utilización del lenguaje.
- Identifica que las marcas en un cartel representan un significado.
- Anticipa el significado de lo escrito, también preguntan ¿qué dice acá?
- Formula preguntas que tienen más sentido, ¿cómo funciona?
- Es capaz de aislar una palabra y preguntar por su significado.
- Formula hipótesis de escritura, en las que basa su propio sistema: las varía al obtener nueva información sobre la escritura convencional.
Desarrollo físico-motriz y conocimiento de su esquema corporal:
•Muestran mayor coordinación y control en sus movimientos corporales.
•Conserva el equilibrio sobre las puntas de los pies varios minutos.
•Pueden saltar a la pata coja,alternando uno y otro pie (en la etapa anterior aún no era posible), manteniendo el equilibrio.
•Su coordinación mejora hasta tal punto que es el momento de aprender a nadar, patinar e ir en bicicleta (a pesar que muchos ya lo han aprendido antes).
•Saltan y brincan con soltura, sus movimientos dejan de ser en bloque y baila con armonía.
•Tienen mayor habilidad en la motricidad fina de sus dedos, pueden atarse los cordones de su zapatos sin tanta dificultad.
•Puede recortar con tijeras con facilidad.
•Son capaces de vestirse y desvestirse sin ayuda. Lavarse los dientes, la cara y las manos. Los padres debemos fomentar estos hábitos de autonomía.
•El conocimiento de su esquema corporal aumenta, el niño de esta etapa conoce perfectamente todas las partes externas de su cuerpo y muestra interés por algunas internas (corazón, estómago, cerebro,...).
•Esto le permite dibujar la figura humana detalladamente.
•Sus trazos son más precisos y finos.
•Al finalizar esta etapa de ed. infantil, los niños de entre 5 y 6 años están preparados para la lectoescritura.
Consejos para la seguridad de los niños en el agua
- Cuidado con los baños en lagos o ríos: Puede haber piedras, corrientes, hoyos, algas… . Los manguitos son imprescindibles.
- Cuidado con los golpes de calor: Hay que evitar los baños en las horas de más calor, aplicar crema solar después de cada baño y proteger al niño con gafas de sol y un gorro. Y no dudar en ponerle una camiseta.
- No dejarle bañarse solo: Es necesario explicar a los niños, incluso a los más pequeños, los riesgos del agua y algunas normas ineludibles: no bañarse nunca solo, avisar siempre a un adulto, no empujar a otros niños… Y, ante la más mínima desobediencia, hay que ser consecuente: el baño se da por terminado y el niño tiene que salir del agua.
- No delegar en los demás: ¿La playa tiene vigilancia? ¿Hay un socorrista siempre cerca del agua? La zona de baño (mar, piscina...) no es una guardería, y los padres son los primeros responsables de la seguridad de sus hijos. Hay que bañarse con ellos y no perderlos de vista. Si son vacaciones en grupo, los adultos deben repartirse la tarea para hacerse cargo de dos o tres niños cada uno.
- Manguitos o flotador: Una regla básica, los niños que no saben nadar están más seguros con manguitos que con flotador. Con un flotador alrededor de la cintura, si el niño queda cabeza abajo, no tendrá ni la fuerza para ponerse derecho. Y, en cuanto a los chalecos, a menudo se suben y se les quedan alrededor de la cabeza. Otra ventaja de los manguitos: se percibe mejor el equilibrio en el agua.
- No meterse en el agua sin antes mojarse: El cuerpo recalentado por el sol, al meterse de golpe en el agua fría, puede sufrir una hidrocución, es decir, una parada cardiorrespiratoria. Por eso es preciso mojarse la nuca, los brazos y las piernas y entrar despacio en el agua.
- Consejos para el baño een el mar: Hay que bañarse únicamente en las zonas delimitadas. Estas zonas no se eligen al azar: son las más alejadas de las rocas, de las corrientes peligrosas...También hay que respetar las banderas: con la naranja, y aún más con la roja, es mejor no ir a la playa. Olas, corrientes, mareas… el mar puede ser un medio peligroso.
- Cuidados en la piscina: Los niños no son conscientes del peligro que encierra este espacio tan familiar y no son capaces de calcular a ojo si harán pie o no. El acceso a una piscina privada debe estar provisto de una barrera que lo cierre. Y el adulto nunca debe alejarse del borde de la piscina, ni siquiera para coger el teléfono. Cuando el baño acaba, hay que retirar todos los juguetes y objetos flotantes para evitar que los niños sientan la tentación de cogerlos. Incluso en una piscina hinchable, hay que vigilar a los más pequeños.
- Darle confianza: Cuanto más a gusto se sienta el niño en el agua, menos se dejará llevar por el pánico si surge un problema. Para ello, hay que jugar con él, salpicarlo suavemente, enseñarle poco a poco a meter la cabeza bajo el agua y explicarle que tiene que cerrar la boca debajo del agua. Cuando trague agua, hay que sonreírle y felicitarle. Flotar relajadamente, al lado del adulto, está al alcance de los más pequeños y es un primer paso hacia la natación.
La astenia primaveral en niños
¿Cómo se debe tratar?
Puesto que no es una enfermedad, la astenia primaveral no se trata con ningún medicamento. Es cuestión de tiempo que el organismo se vaya aclimatando a los cambios de la nueva estación. No obstante, existen remedios caseros que pueden ayudar a tu hijo a superar mejor y más rápido este momento:
- Deporte, a diario. Además de generar energía y mejorar el estado de ánimo, también facilita que duerma mejor a la hora de irse a la cama. Aprovecha que los días son más largos para llevarle un ratito al parque; también es muy beneficioso que esté al aire libre y tome el sol.
- El descanso. Es importante que duerma todo el tiempo que su cuerpo necesita, unas diez horas aproximadamente.
- Dieta equilibrada. Ofrécele muchas frutas y verduras, así como alimentos energéticos variados como los frutos secos, el chocolate y las legumbres.
- Hidratación. Anímale a beber bastante agua y zumos que le aportan vitaminas. Así combatirás la tensión baja que suele acompañar a la astenia primaveral.
- Rutinas. Procura mantener unas rutinas diarias. Establecer horarios fijos para comer, bañarse, ir a dormir… ayuda al organismo a los cambios externos.
- Jalea real. Su composición rica en vitaminas y minerales hacen de ella un excelente complemento alimenticio en estados de debilidad o agotamiento físico o psíquico, por lo que se recomienda el uso de preparados comercializados para aliviar los síntomas leves y temporales de la astenia primaveral.
LA IMPORTANCIA DE UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE
El principal factor exógeno que contribuye al normal crecimiento y desarrollo del niño es la alimentación. Por ello, cobra importancia el ofrecer al niño una dieta equilibrada y variada que contenga todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
A lo largo de los años, la relación nutrición-salud se ha ido consolidando hasta confirmar que los estilos de vida y los hábitos alimentarios son capaces de prevenir y mejorar la situación clínica de algunas enfermedades como cardiopatía isquémica, hipercolesterolemia, diabetes, cáncer, obesidad etc.
Estas enfermedades, que suelen instaurarse en la edad adulta, se puede decir que se desarrollan a edades más tempranas. Debido a esto, se recomienda, desde la primera infancia, educar en hábitos alimentarios saludables para que dichos hábitos se consoliden en la adolescencia y se mantengan en la edad adulta.
¿Qué es una alimentación saludable?
Una alimentación saludable es aquella que satisface las necesidades nutricionales y fisiológicas del niño con el fin de asegurar un correcto crecimiento y desarrollo. Debe ser equilibrada, adecuada según los requerimientos y sensorialmente satisfactoria.
Para todos los niños, la primera infancia es determinante en el aprendizaje de hábitos saludables y en la implantación de pautas alimentarias correctas, que serán decisivas a lo largo de la vida.
Consejos y recomendaciones específicas
Los niños imitan las costumbres de las familias, así que hay que enseñar hábitos alimentarios saludables, y practicar con el ejemplo.- Es recomendable realizar 5 – 6 comidas al día.
- ¡Desayunar es importante! El desayuno nos prepara para empezar el día y ponernos en marcha para ir al cole. Es recomendable hacer un primer desayuno en casa y otro en la escuela.
- Consumir frutas y verduras frescas y de temporada, tanto en los platos principales, como postre o guarnición. Se recomienda tomar unas 5 raciones de frutas y verduras al día.
- El calcio nos ayuda a mantener los huesos fuertes, así que asegúrate de tomar a diario productos lácteos, como leche, yogur y quesos.
- Es importante consumir pescado de todos los tipos. El pescado constituye una fuente de proteínas de alta calidad, minerales, vitaminas y omega-3.
- Consume alimentos ricos en fibra como verduras, hortalizas, frutas, legumbres y productos integrales.
- Se debe limitar la ingesta de zumos envasados y de bebidas gaseosas, así como bollería, patatas chips, y “comida rápida”, etc... Éstos hay que reservarlos para ocasiones especiales, ya que tienen valor nutricional pobre.
- Las técnicas culinarias más adecuadas contienen poca grasa. Se puede cocinar al vapor, hervir, escalfar, al horno, a la papillote, a la plancha, a la brasa y a la parrilla.
- Tiene importancia lo que un niño come durante varios días, no lo que come en un día o en una comida.
- Es recomendable realizar una actividad física adecuada a la edad y a las posibilidades de cada niño. ¡El deporte es bueno para la salud!
LA RELACIÓN ENTRE ABUELOS Y NIETOS UN BENEFICIO MUTUO
La relación abuelos/nietos es muy importante, puesto que es bien conocido el trascendente papel que juegan los abuelos y los menores en la familia. La ciencia confirma ahora la necesidad de fomentar estas relaciones en beneficios de todos, puesto que los efectos psicológicos beneficiosos son reales y mensurables.
La relación con sus abuelos es un bálsamo para los nietos pero también para los propios abuelos. En una sociedad como la de hoy, en la que cada vez más veces padre y madre trabajan fuera del hogar, la ciencia ha observado que los abuelos que tienen una estrecha relación con sus nietos suelen padecer menos depresiones. Lo han observado investigadores en un estudio del Instituto sobre el Envejecimiento de la Universidad de Boston. El estudio va a ser presentado en la 108 reunión anual de la Asociación Americana de Sociología; los expertos estudiaron a 376 abuelos de unos 77 años y 340 nietos de 31 años.
Los resultados de la investigación, asimismo, han mostrado que los nietos también se benefician psicológicamente de la relación con sus abuelos, influyéndoles en su bienestar psicológico hasta bien entrada la edad adulta.
Eso sí, siempre y cuando los abuelos no se sientan dependientes en esta relación. Es decir, el mismo trabajo ha constatado que cuando los nietos ayudan a los abuelos a ir a comprar, en las tareas domésticas o realizan funciones de asesoramiento, los mayores se sienten peor e, incluso, incrementan los síntomas depresivos.
Los investigadores han denominado a este tipo de relación “apoyo tangible” o solidaridad funcional o instrumental. En este sentido, se cumpliría aquél dicho de la sabiduría popular de “es mejor dar que recibir”, como comentan los científicos que han participado en la investigación. Los abuelos esperan poder ayudar a sus nietos, incluso cuando ya han crecido, y es frustrante y deprimente para ellos que esta relación se desarrolle al revés, es decir, que sea el nieto o nieta quien deba hacerse cargo de ellos.
Los investigadores creen que los esfuerzos por fortalecer a las familias no deberían centrarse tan sólo en la familia nuclear o en aquellas con niños pequeños. Al contrario, deberían ampliarse a los roles de abuelos y nietos, porque estas relaciones también tienen funciones importantes durante la edad adulta.
Construir una relación saludable
Para muchos que acaban de tener un bebé, la presencia de los abuelos es un consuelo y un desahogo. Sus obligaciones están en un plan secundario y son dependientes de la potestad de los padres del bebé. Pero más allá de esta “asistencia práctica”, hay que tener en cuenta lo dicho más arriba y que la relación entre abuelos y netos es siempre muy enriquecedora para ambos lados.
En general (siempre dependerá de la forma de ser de los abuelos) se genera una relación cariñosa, mimosa, y los abuelos sienten un placer inmenso cuando pueden estar con los nietos. Es una forma de renovarse a nivel personal, de tener más participación en la familia, de sentirse más jóvenes y actualizados. La tarea de educar recae, lógicamente y en la mayor parte de los casos, en los padres. Los abuelos pueden centrarse en dar cariño, echar una mano de vez en cuando y pasar un buen rato con sus nietos.
El valor de los abuelos en la vida de los niños es grandioso.
-Pueden contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar (ayudar en la comunicación padre/hijos, por ejemplo).
-Pueden cuidar de los niños cuando los padres no pueden hacerlo. Esto es muy importante para los abuelos, porque se sienten más útiles, más considerados y más valorados. Esto influye directamente en su felicidad, como es lógico.
-Pueden transmitir valores familiares y mantener el vínculo entre las generaciones. Las historias que cuentan los abuelos sobre la vida de sus hijos (o sea, los padres) cuando ellos eran también eran niños gustan mucho en la infancia, y contribuyen en el desarrollo psicológico de los más pequeños. Asimismo, hacen que el niño o niña tenga un sentido de continuidad de la familia, que acepte que sus padres son humanos (¡mi padre o madre también hacía travesuras!) y, por lo tanto, facilitan la identificación de los niños con sus progenitores.
-Pueden aprender con sus nietos, acercándose más a las nuevas generaciones. Aprender a usar el ordenador, por ejemplo. Este es otro elemento que puede influir directamente en su sentimiento de ser útiles y en sus niveles de felicidad.
-Pueden parar el tiempo. Cuando los niños pasan la tarde en casa de los abuelos pueden “alejarse de todo”, de la vorágine y la espiral de aceleración diarias. En casa de los abuelos, el nieto o nieta puede expandirse y recibir el tratamiento cariñoso del niño que realmente es. O, sencillamente, recibe atención, tiempo, tiempo para conversar, para escuchar y para jugar.
Para una relación saludable con los nietos, es muy importante establecer unos límites entre padres y abuelos, para el bien de todos.
¡¡QUE VIENE EL COCO!!
Ya se han superado los tiempos en los que se utilizaban de forma frecuente amenazas como "que viene el coco" o "te comerá el lobo" para instar a los hijos a cumplir con determinados deberes u obligaciones en casa.
Sin embargo, los miedos infantiles son aún muy comunes en la mayoría de las familias. La oscuridad, la separación de los padres, la muerte o los seres fantásticos son algunos de los temores más comunes.
Los miedos son normales, en la etapa infantil suponen un mecanismo de defensa, ya que puede cumplir una función de supervivencia en el sentido de apartarle de situaciones de peligro potencial (no acercarse a ciertos animales, no entrar en sitios oscuros, etc.).
Pero, cuando este miedo es desadaptativo, puede entonces condicionar su capacidad para afrontar situaciones cotidianas (ir a dormir, ir a la escuela, estar sólo, etc.).
No hay duda que los miedos son evolutivos y “normales” a cierta edad, cambiando el objeto temido a medida que el niño crece, paralelo a su etapa de desarrollo.
Miedos comunes por edades:
- Los bebés no comienzan a manifestar miedo antes de los 6 meses de vida.
- A partir de los 6 meses: miedo a las alturas, a los extraños y a la separación de la figura de apego (mamá, papá…)
- Entre 1 año- 2 años y medio: miedo a la separación de los padres, compañeros extraños, (en la edad adulta, sería la timidez.) También miedos a pequeños animales y ruidos fuertes ( tormenta.)
-
Etapa preescolar (2,5-6 años): Además de los de la
etapa anterior, empiezan los estímulos imaginarios (los monstruos, la
oscuridad, los fantasmas, o algún personaje del cine.)
La mayoría de los miedos a los animales se acentúan en esta etapa y pueden perdurar hasta la edad adulta.
Factores personales, culturales o conductuales que pueden influir en los patrones de miedos infantiles:
- Los hijos de padres con tendencia a ser miedosos o con trastornos de ansiedad alcanzan mayor proporción de miedos.
- Los niños más sensibles o que muestran mayor ansiedad son más propensos a sentir miedo.
- Emitir información negativa al niño sobre alguna situación o estímulo concreto puede ser una posible fuente que genere temor en el menor. (Por ejemplo, “¡pórtate bien, o si no te pondrán una inyección”)
- El miedo puede deberse a condicionamientos derivados del aprendizaje directo (quemarse, mordedura de un perro, perderse...), que provoca el temor a que se repita de nuevo la experiencia (aprendizaje post-traumático).
Orientaciones para combatir el miedo infantil
- En primer lugar vivir la situación del niño con tranquilidad, sin mostrar (al menos delante de él) preocupación o angustia. Los comportamientos que el niño observa de los padres son los patrones que interioriza. Padres excesivamente preocupados pueden ser un mal modelo y aumentar la tensión.
- No forcemos al niño a efectuar aquellas conductas que teme. Hay
que trazar un plan de forma que podemos crear aproximaciones sucesivas.
Por ejemplo:
• Miedo a la oscuridad: crear un ambiente agradable y sereno en el momento de ir a dormir y evitar los juegos excitantes. La luz se debe suprimir de forma progresiva, primero con una lámpara encendida en la mesilla y después con un pequeño piloto o la luz del pasillo, hasta suprimirla por completo cuando haya superado su miedo.
• Miedo a los animales: informarle de los peligros que tiene acercarse a un animal desconocido, pero no crear alarma para intensificar su temor. Conviene leerle cuentos cuyos protagonistas sean los animales que teme, ayudarle a que se acerque primero a los cachorros para mitigar su miedo y reducir poco a poco las distancias con los animales adultos.
• Miedo a las tormentas: es importante dejarle que observe la lluvia y contarle a la vez cómo funcionan los fenómenos meteorológicos, jugar a contar los truenos y calcular el tiempo entre estos y los relámpagos.
• Miedo a los seres fantásticos: enseñarle a reconocerlos como productos de su mundo interno y reconocer que no suponen ningún peligro para su vida. Supervisar la programación televisiva y procurar que no vea películas ni series que contengan imágenes o situaciones fantásticas que no puedan reconocer como irreales.
- Una forma muy eficaz de actuar es mediante el modelado. Uno de los padres puede efectuar la conducta temida (p.e. estar en la habitación a oscuras) para enseñar al niño que no sucede nada. No obstante, es más eficaz cuando el modelo es de la misma edad del niño.
- Evitar siempre ridiculizar al niño por sus miedos, en especial, delante de sus compañeros. No reírse de él, no castigar ni sermonear.
- Evitar el visionado de películas, juegos o actividades que comporten violencia, miedo o terror. Procurar que las personas de su entorno no lancen mensajes amenazadores (si no comes llamaré a....; si no te portas bien se lo diré a.....).
- Puede resultar también útil, según el caso, la introducción de alguna técnica de relajación.
Cuando los miedos son más severos, persistentes y alteran significativamente el funcionamiento del niño en su entorno familiar, escolar o social, podemos encontrarnos con trastornos que ya no formarían parte del ciclo evolutivo “normal” sino que deberían ser objeto de tratamiento especializado (fobias específicas, trastornos de ansiedad u otros).
Ante cualquier duda consulte con un profesional de la salud.
CÓMO HACER QUE EL REGRESO AL COLE SEA RELAJADO
Para que la vuelta al cole sea lo más llevadera posible, se recomienda ir cambiando el horario, preparar los uniformes, zapatos y material, y dejar listo todo la noche anterior.
También comprobar lo que se puede heredar de hermanos o primos, marcar la ropa y dejar todo preparado en una silla la noche antes para que ni el niño ni sus padres vayan estresados el primer día de escuela.
Concretamente, hay que poner especial atención en el calzado escolar ya que los zapatos no deben heredarse y que el pie crece especialmente en verano.
Asimismo, se deben reforzar los bolsillos, los bajos y los botones de los 'babis' para no tener que estar arreglándolos durante todo el año.
Además, para evitar los nervios, hay que levantarse una hora antes y desayunar con tranquilidad, salir sin prisas y llegar un poco antes al colegio para no comenzar el curso corriendo.
También se pueden organizar rutas y turnos con los vecinos para llevar y recoger a los hijos del colegio a lo largo de la semana.
Una vez que se entra en la rutina, todo es más llevadero.
CÓMO FOMENTAR LA LECTURA EN LOS PEQUES
La lectura es fundamental para comprender el mundo. A través de la lectura el niño aprende a escribir, a conocer otras realidades que no son la suya y a empatizar con todo aquello que lo rodea. Unas buenas habilidades lectoras se convertirán, más adelante, en unos hábitos de estudios eficaces y adecuados a cualquier nivel académico. ¡Y además de todo esto, leer es divertido!
En primer lugar, para fomentar ennuestros hijos el gusto por la lectura hay que comenzar por estar rodeados de libros en casa. Los niños deben acostumbrarse a ver a sus padres leyendo el periódico o una novela, de manera que poco a poco comenzarán a sentir curiosidad por esos objetos y a preguntar de qué se trata y por qué resulta tan divertido.
El siguiente paso es ofrecerle al niño una variedad de libros entre los que elegir. Para ello no hace
falta comprarle un libro de cada temática, sino que es más cómodo llevarlo a una librería y pedirle que elija un libro entre todos los que hay. Da igual cuál sea el criterio utilizado: el color de la portada, los animales que salen dibujados en las páginas, el material con el que está construido… cualquier criterio es válido si se trata de un libro de lectura para tu hijo.
Una vez comprado el libro no basta con dejarlo en su habitación y pensar que el niño lo tomará cuando le
apetezca por su propia voluntad. Al igual que le ocurre con muchos de sus juguetes, pronto se aburrirá o se olvidará del libro si no le enseñamos a utilizarlo y a divertirse con él. ¡Y para ello no hay nada mejor que leer un cuento juntos!
La clave para leer bien un cuento es meterse en el papel, imitar la voz de los personajes y hacer gestos
divertidos que hagan reír a tu hijo. Cuando él vea que lees de una forma sincera y que disfrutas con lo que haces, inmediatamente querrá participar en ese nuevo juego que le ofrece mamá y empezará a leer sus primeras sílabas o palabras contigo. ¡Tenéis todo un universo nuevo por descubrir juntos!
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